Lo primero que hice fue registrarme en Letras Libres ahí conversé con Juan Villoro y su ensayo titulado "¿Por qué soy Borges?" esa página me llevó a otrallamada: Solo Literatura y en ésta pasé un par de horas brincando entre Cortázar y Benedetti para terminar con Arlt.
Lo que más me emociona es que aún me queda tanto por leer sólo en esta página, y que ahora podré leer antes de dormirme, y que podré rentar un par de películas extranjeras. Hoy, después de no haber visto a mis lentes (o a través de ellos) por casi un mes, siento que el mundo externo existe otra vez y que ya no tendré que encerrarme en mi reducido e ignorante mundo interno más que cuando así lo desee y me siento feliz.
Esta vez compraré una correa para atarlos a mi cuello y nunca más dejarlo ir.
junio 20, 2004
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2 comentarios:
Sí me imagino pero siendo tan útiles vale la pena, cierto? Me da gusto saber de ti, pensé que ya te habías ido.
Hugh, la gente que ve bien no lo valora! Yo tampoco me puedo quejar... Si no veo el número del autobús y me acerco tanto que me atropella, pse, qué más da... Y lo de quedar mal con la gente porque no la ves y, consiguientemente, no la saludas... Pif, ya ves tú que drama...
Pero, ¿a que a ninguno de vosotros os ha pasado lo que a mí? ¿A que a ninguno le ha mordido las gafas un perro? (No las llevaba puestas, eh). En la óptica -Brocco muerto de vergüenza -me dijeron que era bastante común -ahí se me quitó algo del corte-. Puto perro. ¡Y puta dueña!
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