Desahogo

Algunas cosas han cambiado, ya no llego de clases a checar mi correo para saber algo de él, ya no pienso en contarle las cosas buenas o mal que me pasaron durante el día, ya no pienso en lo bueno que sería despertar a su lado, ya no pienso en como consentirlo cuando viene a visitarme. Es gracioso que las cosas que más se extrañan son los detalles más insignificantes (para otros).

Y aunque todavía no me acostumbro del todo (sólo han pasado 5 días!) estoy muy hecha a la idea, lo sorprendente es que no me atormenta, estoy bien, estoy tranquila, tengo muchos planes y muchas cosas que hacer, tengo una vida que seguir viviendo y muchas ganas de hacerlo.

Hoy le comenté a Paola que deseo cambiarme de cuarto, no fue fácil por cierto. No es la primera vez que hablabamos de esto y ya las dos habiamos acordado que lo mejor era pasar menos tiempo juntas y el cambio de cuarto es la mejor manera de lograrlo. Se le llenaron los ojos de lágrimas y me dijo que la disculpara por querer quedarse a fuerza con el cuarto que tenemos ahora, que sólo era su forma de decirme que no quería que me fuera. Yo que ya no sé llorar me sentí traidora y egoista, pero ahora sé que finalmente es algo que las dos necesitamos y sé que ella también lo sabe.

Buena Noticia: Finalmente puedo escuchar mi múscia sin acordarme de él todo el tiempo, y ya me hacía falta, estaba cansada del ruido que me había estado obligando a mí misma a escuchar. Ya extrañaba a mi the cure, a mi radiohead, a mi paéz, a mi bjork, a mi... En otras palabras he vuelto a ser yo.