Surgió el viaje en menos de dos horas, nada era seguro y a la siguiente hora ya tenía mi boleto.
El fin de semana pasado fue la dichosa Jimenada, una fiesta de la familia de mi papá, él estaba encargado de varios asuntos y me eligió como asistente sin preguntarme mi opinión. En fin, realmente fue mucho trabajo y tiempo el que invertimos en la fiesta, las cosas salieron bien y vi a mi papá feliz, así que por esa parte estoy contenta.
Regresando de la fiesta ( no sé ni que hora era) mi hermana y yo comenzamos a empacar para el viaje, salimos a las 8 a.m., casi nos deja el autobús. En el viaje las cosas no resultaron como esperabamos. Íbamos con otras tres primas y al primer día ya había problemas. Nos echamos el pleito del año ( a lo que al parecer ellas ya están acostumbradas por ser hermanas) pero las realmente afectadas terminamos siendo mi hermana y yo que ya queríamos regresarnos. Creo que hace poca falta decir que el resto de la semana fue realmente incómoda para mí y que me la pase metida en dos libritos que sabiamente lleve conmigo. Fue complicado pero finalmente sobrevivimos la semanita del horror y ya estamos en casa otra vez.
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3 comentarios:
¡Volviste! Ya te andaba extrañando...¿Te puedo preguntar por los libritos que anduviste leyendo y que te salvaron la semana?
Que lindo recibimiento Flor, gracias!
Claro que sí, me lleve conmigo a Borges y su excelentisimo Aleph, me lleve también a George Sand con Viaje a través del cristal. Si bien los dos los recomiendo El Aleph es indispensable, me imagino que te habrás paseado por sus páginas ya.
Bien por tí Ana, los libros son el mejor viático de un viaje, nos lo hacen más ameno y disfrutable, definitivamente no es posible vivir sin libros, y, como dijo Séneca: "No es preciso tener muchos libros, sino tenerlos buenos", un abrazo...
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