"Perfil de Mujer"
por la pintora mexicana Adriana Puente
Acabó de leer a Selene y su opinión sobre el machismo en México. Por supuesto respeto su opinión y la considero, pero no puedo evitar sentir que es de otro país del que habla. Entrando en contexto ella habla del México que conoce, el México del Norte que sufre en mayor grado el imperialismo cultural de nuestro vecino del norte. En mi caso, he vivido toda la vida en el centro del país, la diferencia es enorme y cada día puedo comprobarlo.
No me considero una feminista radical, pero sé bien que mis ideas le resultan casi revolucionarias a la mayoría de las mujeres que conozco. Yo no crecí planeando mi boda con el príncipe azul, nunca vi el matrimonio como plan, hasta la fecha, lo veo únicamente como una opción. Probablemente esto me ha permitido ver con tristeza que las mujeres en México son educadas para casarse, lamentablemente esta mentalidad cuadrada lleva a muchas a matrimonios terribles que terminan con toda su dignidad y su amor propio y que son el nido de pequeños mexicanos que crecen con la misma mentalidad (desde mi punto de vista) retrógrada.
No estoy de acuerdo en que el machismo en México es sólo la ceniza de lo que un día fue. Estoy segura de que muchos cambios se han dado, pero no puedo ignorar aquellas historias de mujeres con las que me topo a diario. Mujeres que abandonan sus estudios porque les propusieron matrimonio y ya para qué, mujeres golpeadas y abusadas por sus maridos, mujeres engañadas y oprimidas por sus parejas, mujeres amargadas porque nunca basaron sus vidas en sus propias capacidades y deseos. Y no estoy hablando de estadísticas, ni si quiera de noticias de los medios, hablo de mujeres cercanas.
Con tristeza veo que un verdadero cambio está muy lejos. La mentalidad y la idiosincrasia del mexicano alienta y promueve el machismo. Si en un grupo de personas preguntara quién está de acuerdo con que las mujeres merecemos ser tratadas con igualdad, estoy segura de que la mayoría se declararía a favor, pero si entonces preguntará que mujer está de acuerdo en dejar esas pequeñas ventajas de las que gozamos (como no hacer servicio militar por ejemplo) estoy segura de que esa mayoría se reduciría por mitad.
Hay que tener claro que las cosas no son tan fáciles, no basta con que reclamemos nuestros derechos si no estamos dispuestas a tomar nuevas obligaciones o a renunciar a favores. Cuantas mujeres se quejan de que gracias al movimiento feminista los hombres ya no son caballerosos y no tienen atenciones con ellas. No creo que la caballerosidad de un hombre esté peleada con la igualdad. Coco aún me abre la puerta y tiene todos esos detalles de caballerosidad conmigo, pero como una atención especial y por supuesto no tengo que ser una novia sumisa en cambio.
Yo por mi parte me declaro feminista, y puedo hacerlo porque estoy convencida de querer un cambio y estoy dispuesta a cambiar en mí todo lo que tenga que cambiar para que éste se dé. Si tengo que renunciar al vestido blanco, a la caballerosidad, o a los muchos privilegios que me da el sólo hecho de ser mujer, con tal de que millones de mujeres en el mundo tengan una vida digna y no sufran más de maltratos físicos y psicológicos lo haré sin dudarlo.
Feminismo, movimiento a favor de la igualdad de derechos y de oportunidades entre hombres y mujeres.
No me considero una feminista radical, pero sé bien que mis ideas le resultan casi revolucionarias a la mayoría de las mujeres que conozco. Yo no crecí planeando mi boda con el príncipe azul, nunca vi el matrimonio como plan, hasta la fecha, lo veo únicamente como una opción. Probablemente esto me ha permitido ver con tristeza que las mujeres en México son educadas para casarse, lamentablemente esta mentalidad cuadrada lleva a muchas a matrimonios terribles que terminan con toda su dignidad y su amor propio y que son el nido de pequeños mexicanos que crecen con la misma mentalidad (desde mi punto de vista) retrógrada.
No estoy de acuerdo en que el machismo en México es sólo la ceniza de lo que un día fue. Estoy segura de que muchos cambios se han dado, pero no puedo ignorar aquellas historias de mujeres con las que me topo a diario. Mujeres que abandonan sus estudios porque les propusieron matrimonio y ya para qué, mujeres golpeadas y abusadas por sus maridos, mujeres engañadas y oprimidas por sus parejas, mujeres amargadas porque nunca basaron sus vidas en sus propias capacidades y deseos. Y no estoy hablando de estadísticas, ni si quiera de noticias de los medios, hablo de mujeres cercanas.
Con tristeza veo que un verdadero cambio está muy lejos. La mentalidad y la idiosincrasia del mexicano alienta y promueve el machismo. Si en un grupo de personas preguntara quién está de acuerdo con que las mujeres merecemos ser tratadas con igualdad, estoy segura de que la mayoría se declararía a favor, pero si entonces preguntará que mujer está de acuerdo en dejar esas pequeñas ventajas de las que gozamos (como no hacer servicio militar por ejemplo) estoy segura de que esa mayoría se reduciría por mitad.
Hay que tener claro que las cosas no son tan fáciles, no basta con que reclamemos nuestros derechos si no estamos dispuestas a tomar nuevas obligaciones o a renunciar a favores. Cuantas mujeres se quejan de que gracias al movimiento feminista los hombres ya no son caballerosos y no tienen atenciones con ellas. No creo que la caballerosidad de un hombre esté peleada con la igualdad. Coco aún me abre la puerta y tiene todos esos detalles de caballerosidad conmigo, pero como una atención especial y por supuesto no tengo que ser una novia sumisa en cambio.
Yo por mi parte me declaro feminista, y puedo hacerlo porque estoy convencida de querer un cambio y estoy dispuesta a cambiar en mí todo lo que tenga que cambiar para que éste se dé. Si tengo que renunciar al vestido blanco, a la caballerosidad, o a los muchos privilegios que me da el sólo hecho de ser mujer, con tal de que millones de mujeres en el mundo tengan una vida digna y no sufran más de maltratos físicos y psicológicos lo haré sin dudarlo.
Feminismo, movimiento a favor de la igualdad de derechos y de oportunidades entre hombres y mujeres.