He estado enferma por casi dos semanas, ya estoy harta, siempre he tenido muy buena salud así que no me acostumbro del todo a esta enferma, moquienta y doliente mujer que se instaló en mi cuerpo. Incluso tuve que consumir medicamento, pero todo sea para eliminarla.
Ya comenzó el Cervantino, estoy contenta. Hay tanto que ver. He comenzado mi recorrido por la ciudad pero todavía me falta mucho, y es sólo la primera semana. Lamentablemente la incomoda inquilina enferma ha perdido una vez más la cabeza y con ella el dinero de esta semana, así que tendré que conformarme con los libros que compré la semana pasada.
Las cosas están mucho más estables, los daños después de la catastrofe son ciertamente mínimos, un corazón roto, un 6 en física, un amigo enojado, etc. El cambio vino y me revolvió todo, pero finalmente he logrado un poco de orden, no demasiado, sólo el suficiente para esperar pacientemente su próxima visita.
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